La oficina tenía una superficie de 116 metros cuadrados en la que había que mejorar, no sólo la envolvente térmica y acústica, sino que hubo que reforzar el forjado existente. Se iniciaron los trabajos con la demolición de todo el interior, así como la retirada de las carpinterías exteriores.

Una vez realizado el refuerzo estructural, se procedió a la nueva reordenación de espacio con tabiquería de cartón yeso, mamparas, y colocación de nuevas carpinterías exteriores e interiores.
Los acabados fueron muy cuidados, con revestimiento de paneles de madera a medida, trabajos de pintura muy cuidados y revestimientos cerámicos de alta calidad. Todo ello con el fin de dotar de modernidad y confort a las oficinas.